Fecha: 2024-12-12T16:00
+ EXTRA
San Pedro Cholula | Cada año, la familia Tepox del barrio de Santiago mantiene viva una tradición que ha pasado de generación en generación: visitar el Santuario de la Virgen de Guadalupe.
Desde su infancia, abuelos, tíos, mamás, papás e hijos suben con devoción las escalinatas que conducen al templo, donde se encuentran con la imagen de la virgen Morena. Este año no fue la excepción, el hábito se mantuvo fuerte, uniéndolos en un acto de fe y celebración.
Además de acudir al santuario, la familia aprovecha para recorrer los numerosos puestos que se instalan en las escalinatas. Aquí, compran artesanías y productos de temporada, disfrutando de los antojitos típicos que ofrecen los vendedores, creando así momentos de alegría y convivencia.
Esta práctica anual no solo reafirma su fe, sino que también fortalece los lazos familiares, recordando a los más jóvenes la importancia de la cultura y religión.
Esta costumbre ha sido parte de su vida desde que eran niños, y ahora, con cada generación, se ha convertido en una herencia espiritual.
Llena de entusiasmo, la familia se levanta temprano el 12 de diciembre, preparando sus mejores atuendos y cargando mochilas. El breve ascenso al cerrito, más que una caminata es un ritual que evoca recuerdos y fortalece lazos. Los abuelos cuentan historias de cuando ellos eran jóvenes, describiendo cómo el barrio entero se llenaba de alegría y esperanza con cada visita a la morenita.
Al llegar al santuario, se arrodillan frente a la imagen de la virgen del Tepeyac; cada uno, en su momento de oración, agradece y pide por bendiciones. El ambiente es de paz y reflexión, pero también de celebración.
Luego, la familia se dispersa un poco entre los puestos. Aquí, los niños se emocionan con los juguetes de temporada, mientras los adultos buscan las tradicionales velas, imágenes religiosas y otros artículos devocionales. No falta el momento de los antojitos, en el que prueban desde tamales hasta el tradicional champurrado, o quizás unas gorditas rellenas de frijoles y queso, disfrutando de la gastronomía local que solo se encuentra en estas fechas festivas.
Cada año, esta peregrinación no solo les recuerda la fe que los une, sino también la importancia de la tradición y la comunidad. Los mayores ven cómo los pequeños de hoy se convierten en los guardianes de mañana de estas costumbres, asegurando que la devoción a la Virgen de Guadalupe seguirá iluminando su camino por generaciones venideras en San Pedro Cholula.